La sonrisa del cráneo muerto
Los poemas del mundo
Necesitan espacio
Para mis palabras.
Solo oro merecen
Los troqueles de los mendigos.
Por muchas lágrimas que derrames
No se te caerán los ojos.
En el poema la locura de los órganos
me conduce
El relámpago de la respiración que hace
lastre.
Y el estremecimiento.
Primer rostro el vacío.
No
nací mucho todavía.
Traducción: Mario Domínguez
Parra